Muchos piensan que al
enamorarme he caído y todos esperan lo peor: Que inevitablemente me estrellaré
en el pavimento. Sí, es probable que
tengan razón en lo último.
Pero ¿Saben qué? No fue una caída, fue un salto. Fue ese paso
que muchos de ustedes no se atreven a dar, fue ese miedo que decidí superar,
fue ese “sí” que espero ganarme.
Sé que cada vez que
saltamos, aunque estemos por uno segundos suspendidos en el aire, volveremos al
suelo, pero no tengo miedo; porque al menos por ese pequeño instante en el que
mis pies no toquen el suelo podré sentir que vuelo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario