Cuando nacemos, nadie nos explica, que estamos por tomar el paso más grande de nuestra insignificante existencia. Nadie nos pregunta si realmente estamos listos para afrontarlo. La desicióm más grande en nuestra vida no la tomamos nosotros. ¿Qué ironía no?
Te dicen que nadie te puede enseñar como vivir, y la verdad es que no es que no te lo quieran enseñar. Si no que nadie lo enseña por que nadie sabe como vivir.
Cuando uno cree que tiene la fórmula para la vivir, desaparece, tan pronto y como llegó. Sin ninguna indicio, sin ninguna advertencia. Simplemente desaparece. Que fácil sería la vida si hubiera un libro 'Vivir para dummies' las cosas se simplificarían de una manera impresionante. Pero como todo en esta vida, es complicado y amorfo.
¿Qué es vivir?
Para algunas personas vivir sería el simple hecho de estar concientes y respirando.
Para otros el hecho de ser un vetabel en una cama no es vida.
Mientras que para los más exigentes el vivir es estar en armonía consigo mismo. Tener salud, amor, dinero y familia.
Algunos nos consideramos 'muertos en vida' valga la redundancia.
El significado que yo le doy a vivir, es diferente al que tu le otorgas.
A mí una vez me dijeron que la vida era difícil. Era pequeña no pude imaginar a que se refería, en ese tiempo pensaba que solamente existían dos corrientes, la buena y la mala. Y que siempre sería fácil identificarlas. Y obviamente siempre tomaría el buen camino que era soleado, lleno de un caminito de piedritas y con la casa de dulces esperándome al final , mientras que el camino malo daba miedo, era oscuro,solitario y la bruja nos esperaba al final. Y claro que yo no quería recorrer ese camino. Quería caminar el soleado sendero, de la mano de caperucita roja y las princesas.
Pero la cruda verdad es otra, que aveces el camino más oscuro, solitario y difícil es el correcto.
Aquel camino largo, tedioso, lleno de guijarros y abandonado es el correcto. Y vivimos engañados todo este tiempo, pensando que el camino bueno, es el que todos seguían y en el que íbamos a estar acompañados de nuestros amigos. ¿Pero quien quiere ser malo? nadie, en nuestra pequeña cabeza no cabe, que alguien quiera matar, estafar, engañar. Nono, eso está mal.
También descubrimos que realmente a lo largo de nuestro camino, no teníamos que cuidarnos del lobo feroz. Claro que no, él nos avisa que es malo y que no debemos de estar con él.
Mientras que la adorable caperucita roja, nos seduce, nos confiamos de que es buena y que con su tierna apariencia no podría hacerle daño a nadie y que aparte de todo nos ayuda y nos quiere ver bien. Cuando en el momento menos esperado, se transforma en el ser más malvado y horrendo, del que hayamos tenido memoria.
Esa es la verdad. Realmente nada es como dicen que es.
También sé que al decirme que la vida era difícil, ellos se quedaron cortos.
Lo más difícil de la vida, es que por más mala que haya sido tu existencia y tu historia. Siempre encontraras momentos que recompensen todo lo sufrido y te alienten a seguir.
Así de cruel es la vida. Te hace pasar años de sufrimiento para que en un día, te anime y te diga que la vida es hermosa, y que vale la pena, y debes de volver a intentarlo una vez más. Un tira y afloja, que lo único que hace es desgastarte tus manos y ensuciarte de lodos de vez en cuando.
Pero una vez cada cierto tiempo, tiras a la vida al lodo y logras soltar la cuerda, aunque sea por unos segundos. Te alzas victoriosa y gritas euforicamente, para volver a seguir tirando.
Ahí es cuando te regocijas, cuando la vida creee que tiene todo contralado y de repente, después de un lapso de ahorrar fuerzas, tú tiras y ella cae. Es el momento en que te dás cuenta de que no todo es en vano. Que tienes que seguir adelante y aunque caigas cinco veces, debes de levantarte, cabeza en alto y sueños aún más arriba.
Debes de enfrentarla y escupirle en la cara. Decirle que tú puedes y que es tú vida, y tú la vas a vivir como tú quieras. Por que es tú vida y nadie, pero nadie puede enseñarte como vivirla, que desde el momento que empiezas a caminar por primera vez, decidiste que nunca más caerías, por que caer duele.
Caer duele, eso todos lo sabemos. Pero cuando caes es cuando te dás cuenta, que hay algo más abajo que el suelo, algo más abajo que el infierno. Y cuando tú crees caer a lo más bajo, siempre hay algo abajo de ti. Siempre hay un escalón, para arriba o para abajo. Y solamente tú decides que escalón tomar.
Como todas las cosas, bajar es más fácil que subir. Correr en bajada es más fácil que correr en subida. Bajar escaleras, es más fácil que subirlas.
Ahora me acuerdo de un claro ejemplo. Manejando en una subida, es difícil, le exiges más al automovíl y entre más empinada sea, más complicada es tu travesía. Pero para demostrarte que puedes caer más abajo que manejar en subida. Se para el trafico, y tienes que quedarte estancada en subida, por días, meses, años. Pero tú sabes, que aunque el mundo se caiga, algún día toda esa fila de coches avanzará y llegarás a la punta de la subida, para seguir.
Sí, seguir. No para acabar. Nadie sabe que hay delante de esa subida. Puede haber una relajante bajada, una planicie o incluso una subida más empinada que la anterior.
Eso es, la vida.
Eres el conductor, tu unica herramienta es tu automóvil y la vida, es aquella carretera que no sabes que te esperará en la siguiente curva o subida. No sabes nada, pero tienes la determinación de seguir adelante en tu camino, tienes el beneficio de la duda. y eso nadie te lo va a quitar.
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Hoy toca día de burlarme de mi misma. Es decir, aquello lo de arriba lo escribí ayer en uno de mis momentos de depresión severa. Y todo lo que restó del día estuve hablando con mi subconciente, es decir era como si mi subconciente fuera el narrador de mi propia historia.
En fin fue algo raro, pero creo que todo se debió a una falta terrible de sueño. Osea tengo dos gigantes bolsas debajo de mis ojos, de un color morado asqueroso. Debo de dormir, sé que debo de dormir. Pero no me dan ganas, nono, no es eso. NO PUEDO DORMIR. Así que hoy dormiré y dormiré hasta que un príncipe azul me despierte, bueno... sisi un príncipe azul.
Así que llegué a la escuela, después de una madrugada, de buscar mi gafete para entrar a la escuela y hacer exámenes. El cual, nunca encontré. Por suerte me dejaron pasar al colegio, tomé la primera clase, haciendo unos sketch's de Nero. No tenía nada que hacer, era literatura, hablábamos de la 'literatura de onda' y la maldición de los 27 años. Respecto a Janis Joplin, Jimi Hendrix y Jim Morrison.
Después de estar deprimida y 'apachurrada' en mi asiento. Y con mis amigos preguntándose que hacer para verme feliz. Llegó matemáticas y yo me puse peor, no llevaba la tarea. Es decir nunca entiendo matemáticas, es terrible. Es como si mi cerebro se negara a entender los números, para él los números simplemente son números. No tienen ningún valor o significado. Y el tratar de encontrarlos para mí es una misión imposible.
Y ahora hablando de patadas que te da la vida. Me llamó el director de el colegio y yo pensé 'Dios, este día no puede ir peor ¿Verdad?' y realmente solo era para darme el gafete. Que alguien lo había encontrado tirado. Mi día comenzó a mejorar.
Llegué al salón y no íbamos a tener clases, puesto que había una conferencia. Y adivinen de que era, de las emociones.
Cosas como estas, me hacen creer que realmente existe un destino, un ser supremo, alguien que sabe que hacer. Que situaciones hacerte pasar. Mi pregunta es que si el destino es tan grandioso, para saber que yo estaba deprimida y pensé en muchas tonterías (Autolastimarme). Y justamente alguien llegó y se paró enfrente de mí a hablar, de que debemos de reír. Que la vida solamente se disfruta una vez y que no importa como vivamos lo único que tenemos que hacer es vivir.
Acepto, quedé una vez más sorprendida por la vida misma. Ahora, a pesar de que no todo en mi vida sea bueno, aprenderé a sonreír. y dar la mejor cara.
Tengo que actualizar rápido, tengo que estudiar los compuestos orgánicos, la fotosintesis y la historia del arte de México.
Así que con su permiso, tomaré un libro y me pondré a estudiar. (Siempre digo lo mismo)
Ciao, nos vemos la próxima vez que tenga algo importante que contar.