Sylar/Gabriel/Zachary Quinto
Propósitos
Ambos caminaban silenciosamente por el boulevard. Las casas se alzaban a ambos lados, todas tenían un estilo mediterraneo. Los jardines perfectamente cuidados. Aquellos vecindarios de la alta sociedad. Él vestía una playera de lino perfectamente blanca, unos pantalones caqui y un abrigo del mismo color al hombro. Su mirada estaba perdida, como siempre. Seguramente calculando alguna acción. Ella, traía unos vaqueros oscuros entallados, una playera sin mangas color amarillo chillón, con una leyenda en verde y unos tennis blancos con verde.
-¿Qué casa te gusta?-cuestionó ella, volviéndose hacia él, y mirando através de sus gafas oscuras.
-¿Cómo que qué casa me gusta?-interrogó él por su parte. Deteniendose y tratando de adivinar que era lo que pasaba por la mente de su acompañante.
-Sí, Gabriel, aveces me decepcionas. Tú escoge una casa ¿Vale?-contestó ella, mientras se colocaba una mano en la cintura y miraba a su alrededor.
-La de la izquierda-dijo él de mala gana. Aquella era notablemente más grande que las demás, con balcones a los lados y una picina a la vista. Sinceramente sólo la había señalado por señalar algo, no quería otro de los discursos de Agatha.
-Bien-aceptó ella y comenzó a caminar saltando hacia la casa, tomó a Gabriel del brazo y se dirigió a ésta. Agatha caminó hasta la puerta y tocó el timbre. Él hizo ademán de atacar en cuanto la puerta se abriera.
-No-negó sonrió y continuó- no tienen que morir inocentes porque tú y yo estemos cansados.
Gabriel hizo una mueca desganada, cruzó las manos sobre el pecho y esperó a ver como resolvía la situación su compañera. Entonces la puerta se abrió. Una mujer de unos cincuenta años, era la que los recibía. Aquella tenía el cabello color carbón y ojos marrones. Los miró desconcertada.
-¿Qué desean?-preguntó con desconfianza. Mientras barría con la mirada a ambos. Se conocía que era un barrio muy seguro, por eso no se molestó en contestar por el interfon. Pero a esas personas paradas frente a su puerta, no las veía con buenos ojos. El hombre detrás de la chica tenía una mirada bastante agresiva, mientras que ella sonreía de oreja a oreja. Aquella chica se acercó a ella y la tocó en el brazo, haciendo que la mujer diera un traspie.
-Mamá, ¿Es que ya no me recuerdas?-se quejó la joven con voz infantil. Entonces, miles de recuerdos vinieron a la mente de la mujer, el nacimiento de su hija, los primeros pasos, su primer día de escuela, su primer novio, y su boda con Gabriel. No sabía como se pudo olvidar de su hija Agatha. Sacudió la cabeza mientras un mareo le recorrió el cuerpo.
-Agatha, querida. Perdón, estoy algo confundida en estos días. Gabriel, pasa por favor hijo-pidió la mujer, abriendo la puerta que antes sostenía con desconfianza. Agatha, pasó contoneandose mientras que Gabriel esbozó una mueca macabra mientras ladeaba la cabeza.
-Gracias señora-correspondió él. Mientras entraba a la casa.
-Oh, Gabriel te he dicho que no me digas así, llámame Ariel, por favor-pidió la mujer mientras cerraba la puerta detrás de ellos. Entonces prosiguió-¿Ya comieron chicos ¿Qué les traé por aquí?
-Pues venimos a visitarte mamá, hacía tiempo que no veníamos, pero tú sabes que Gabriel siempre está muy ocupado. Pero por ahora, sólo queremos descanzar, tuvimos un viaje muy pesado ¿Podemos dormir un poco ¿Antes de que llegue papá?
-Claro, claro hija. La habitación está...
-¡Mamá!-chilló Agatha de nuevo-¿Es que piensas que me olvidé donde están las habitaciones?-reprochó torciendo la boca.
-Lo siento, mi niña, es que no te veía hace tanto tiempo. Les prepararé algo para la cena-avisó mientras se dirigía hacia la cocina y se perdía dentro de los pasillos.
-¿Y bien ¿Algo que decir Gabriel?-cantó ella mientras subía las escaleras. Él la siguió con la misma sonrisa torcida, complacido.
-Eres muy útil, Agatha, de eso no hay duda-reconoció Gabriel, mientras se azomaba por el barandal de la escalera.
-Gracias-canturreó mientras se dirigía a una puerta y la abría. Era una habitación promedio, con televisión de plasma al centro, una cama matrimonial, armario y la puerta del baño. Todo en tonos beige y cafe.
-Voy a bañarme, el control del televisor está en el cajón de la derecha y no cierres la puerta que a Ariel no le agrada-avisó mientras se metió en la puerta.
Gabriel se recostó en la cama y observó que Agatha no colocó seguro al meterse al baño. Sonrío para sí mismo. Mientras pensaba en las posibilidades; Tal vez sólo se le olvidó, no cerró bien, o la más interesante: quería que él entrara. Escuchó abrir la regadera, el agua recorriendo el cuerpo de ella, podía adivinar en que parte de su cuerpo caía con el simple sonido que provocaba. Se levantó de la cama silenciosamente. Y caminó cuidadosamente hacia el baño.
-¿Gabriel?-preguntó la voz de la mujer. Él trató de calmar la lujuria de sus ojos, suavizó sus rasgos y volteó.
-¿Si señora?-correspondió, con una sonrisa. Ella traía una charola con vasos y una jarra con agua.
-Les traía un poco de agua, por si estaban sedientos-aclaró mientas colocaba la charola en la mesa de noche.
-Gracias señora.
-De nada, hijo-avisó mientras salía de la habitación. Gabriel escuchó como el sonido del agua se había detenido y después los pasos de Agatha, quien se acercaba a la puerta. Entonces ésta se abrió. Su cabello pelirrojo, aún resaltaba estando mojado y pegado a su espalda, traía una toalla blanca que le cubría el cuerpo. Ella se acercó a él, mientras sotenía la toalla con su mano derecha.
-Dime algo, Sylar-pidió ella mientas acarició el rostro de él. Sonrió y continuó-¿Por qué no me matas?-preguntó rozando sus labios con los de él. Entonces él mordió los labios de ella, causando que ella retrocediera y lo contemplara, entonces Gabriel esbozó una mueca agresiva.
-Porque aún no me has dado todo lo que quiero-explicó mientras caminaba hacia ella, haciendola dar un paso atrás por cada uno que él se adelantaba. El baile siguió unos segundos más, hasta que ella se topó con la pared. Entonces Gabriel alzó una mano e hizo que ella soltara la toalla que sostenía. Después con un movimiento brusco de la mano, causó que la puerta de la habitación se cerrara.
-Te amo Gabriel-reveló mientras se acercaba a él y lo besaba pasionalmente. Él le correspondió y la tomó de la cintura.
-Verás, Agatha. Tú propósito, no será el de darme tu poder, si no algo más...-avisó mientras le recostaba en la cama.
Propósitos
Ambos caminaban silenciosamente por el boulevard. Las casas se alzaban a ambos lados, todas tenían un estilo mediterraneo. Los jardines perfectamente cuidados. Aquellos vecindarios de la alta sociedad. Él vestía una playera de lino perfectamente blanca, unos pantalones caqui y un abrigo del mismo color al hombro. Su mirada estaba perdida, como siempre. Seguramente calculando alguna acción. Ella, traía unos vaqueros oscuros entallados, una playera sin mangas color amarillo chillón, con una leyenda en verde y unos tennis blancos con verde.
-¿Qué casa te gusta?-cuestionó ella, volviéndose hacia él, y mirando através de sus gafas oscuras.
-¿Cómo que qué casa me gusta?-interrogó él por su parte. Deteniendose y tratando de adivinar que era lo que pasaba por la mente de su acompañante.
-Sí, Gabriel, aveces me decepcionas. Tú escoge una casa ¿Vale?-contestó ella, mientras se colocaba una mano en la cintura y miraba a su alrededor.
-La de la izquierda-dijo él de mala gana. Aquella era notablemente más grande que las demás, con balcones a los lados y una picina a la vista. Sinceramente sólo la había señalado por señalar algo, no quería otro de los discursos de Agatha.
-Bien-aceptó ella y comenzó a caminar saltando hacia la casa, tomó a Gabriel del brazo y se dirigió a ésta. Agatha caminó hasta la puerta y tocó el timbre. Él hizo ademán de atacar en cuanto la puerta se abriera.
-No-negó sonrió y continuó- no tienen que morir inocentes porque tú y yo estemos cansados.
Gabriel hizo una mueca desganada, cruzó las manos sobre el pecho y esperó a ver como resolvía la situación su compañera. Entonces la puerta se abrió. Una mujer de unos cincuenta años, era la que los recibía. Aquella tenía el cabello color carbón y ojos marrones. Los miró desconcertada.
-¿Qué desean?-preguntó con desconfianza. Mientras barría con la mirada a ambos. Se conocía que era un barrio muy seguro, por eso no se molestó en contestar por el interfon. Pero a esas personas paradas frente a su puerta, no las veía con buenos ojos. El hombre detrás de la chica tenía una mirada bastante agresiva, mientras que ella sonreía de oreja a oreja. Aquella chica se acercó a ella y la tocó en el brazo, haciendo que la mujer diera un traspie.
-Mamá, ¿Es que ya no me recuerdas?-se quejó la joven con voz infantil. Entonces, miles de recuerdos vinieron a la mente de la mujer, el nacimiento de su hija, los primeros pasos, su primer día de escuela, su primer novio, y su boda con Gabriel. No sabía como se pudo olvidar de su hija Agatha. Sacudió la cabeza mientras un mareo le recorrió el cuerpo.
-Agatha, querida. Perdón, estoy algo confundida en estos días. Gabriel, pasa por favor hijo-pidió la mujer, abriendo la puerta que antes sostenía con desconfianza. Agatha, pasó contoneandose mientras que Gabriel esbozó una mueca macabra mientras ladeaba la cabeza.
-Gracias señora-correspondió él. Mientras entraba a la casa.
-Oh, Gabriel te he dicho que no me digas así, llámame Ariel, por favor-pidió la mujer mientras cerraba la puerta detrás de ellos. Entonces prosiguió-¿Ya comieron chicos ¿Qué les traé por aquí?
-Pues venimos a visitarte mamá, hacía tiempo que no veníamos, pero tú sabes que Gabriel siempre está muy ocupado. Pero por ahora, sólo queremos descanzar, tuvimos un viaje muy pesado ¿Podemos dormir un poco ¿Antes de que llegue papá?
-Claro, claro hija. La habitación está...
-¡Mamá!-chilló Agatha de nuevo-¿Es que piensas que me olvidé donde están las habitaciones?-reprochó torciendo la boca.
-Lo siento, mi niña, es que no te veía hace tanto tiempo. Les prepararé algo para la cena-avisó mientras se dirigía hacia la cocina y se perdía dentro de los pasillos.
-¿Y bien ¿Algo que decir Gabriel?-cantó ella mientras subía las escaleras. Él la siguió con la misma sonrisa torcida, complacido.
-Eres muy útil, Agatha, de eso no hay duda-reconoció Gabriel, mientras se azomaba por el barandal de la escalera.
-Gracias-canturreó mientras se dirigía a una puerta y la abría. Era una habitación promedio, con televisión de plasma al centro, una cama matrimonial, armario y la puerta del baño. Todo en tonos beige y cafe.
-Voy a bañarme, el control del televisor está en el cajón de la derecha y no cierres la puerta que a Ariel no le agrada-avisó mientras se metió en la puerta.
Gabriel se recostó en la cama y observó que Agatha no colocó seguro al meterse al baño. Sonrío para sí mismo. Mientras pensaba en las posibilidades; Tal vez sólo se le olvidó, no cerró bien, o la más interesante: quería que él entrara. Escuchó abrir la regadera, el agua recorriendo el cuerpo de ella, podía adivinar en que parte de su cuerpo caía con el simple sonido que provocaba. Se levantó de la cama silenciosamente. Y caminó cuidadosamente hacia el baño.
-¿Gabriel?-preguntó la voz de la mujer. Él trató de calmar la lujuria de sus ojos, suavizó sus rasgos y volteó.
-¿Si señora?-correspondió, con una sonrisa. Ella traía una charola con vasos y una jarra con agua.
-Les traía un poco de agua, por si estaban sedientos-aclaró mientas colocaba la charola en la mesa de noche.
-Gracias señora.
-De nada, hijo-avisó mientras salía de la habitación. Gabriel escuchó como el sonido del agua se había detenido y después los pasos de Agatha, quien se acercaba a la puerta. Entonces ésta se abrió. Su cabello pelirrojo, aún resaltaba estando mojado y pegado a su espalda, traía una toalla blanca que le cubría el cuerpo. Ella se acercó a él, mientras sotenía la toalla con su mano derecha.
-Dime algo, Sylar-pidió ella mientas acarició el rostro de él. Sonrió y continuó-¿Por qué no me matas?-preguntó rozando sus labios con los de él. Entonces él mordió los labios de ella, causando que ella retrocediera y lo contemplara, entonces Gabriel esbozó una mueca agresiva.
-Porque aún no me has dado todo lo que quiero-explicó mientras caminaba hacia ella, haciendola dar un paso atrás por cada uno que él se adelantaba. El baile siguió unos segundos más, hasta que ella se topó con la pared. Entonces Gabriel alzó una mano e hizo que ella soltara la toalla que sostenía. Después con un movimiento brusco de la mano, causó que la puerta de la habitación se cerrara.
-Te amo Gabriel-reveló mientras se acercaba a él y lo besaba pasionalmente. Él le correspondió y la tomó de la cintura.
-Verás, Agatha. Tú propósito, no será el de darme tu poder, si no algo más...-avisó mientras le recostaba en la cama.
FIN
Haber señores, que ese fue mi primer one-shoot del año. Y me gustó, es decir todo vino de la idea vaga de que quería hacer un Sylar/Gabriel & Agatha. Y bueno sigo sin word así que no hay corrector ortográfico. Y me da flojera usar alguno que no sea ese.
A continuación SPOILER de Héroes 3 temporada
Bueno, pues mientras lo escribía pensé en el hijo que Gabriel tenía en el futuro y como no dicen la madre, pues me la inventé yo ¿Algún problema? Quiero decir que Sylar/Gabriel es mi personaje favorito y no sólo porque Zachary Quinto esté...como TODOS deberían de estar. Si no por su personalidad y poder, me encanta. Bueno me retiro señores.
Pero antes me gustaría desear a todos un buen año, y que se cumplan todos sus BUENOS deseos.
Mariana en Héroes 1 parte
Y bueno, yo aquí sigo tratando de tener superpoderes, pero chicos, dicen que no sólo hay que desear si no accionar. Así que sigo tratando de que me pique una araña radioactiva, meterme en un contenedor con desechos radioactivos; por cierto, el Doctor Suresh me dijo que me vaya al infierno cuando le pedí ser superpoderosa.
8D
Me dijo: "Niña, deja de ver las chicas superpoderosas"
Le dije: "Yo no veo las chicas superpoderosas, veo Héroes!"
Me dijo: "Mocosa molesta, ¿Para qué quieres superpoderes"
Le dije: "Para que Sylar quiera venir a matarme y entonces pudiera convenserlo de que yo le sería de ayuda, además que estoy dispuesta a tener a su hijo y ser su esposa."
Me dijo: "WTF? ¿Acaso estás loca? ¡Sylar te matará sin escucharte!"
Le dije: "Entonces eso provocaría la acción del plan B"
Me dijo: "¿Y cual es ese plan B?"
Le dije: "Que Peter Petrelli venga a rescatarme y entonces matemos a Sylar juntos, después le diría que yo le ayudaría a salvar al mundo y conforme pase el tiempo él se enamoraría de mí y viviríamos felices para siempre"
Me dijo: "..."
Le dije:"¿Entonces Síiiii? ¡Anda dí que sí! Plisssssss"
Me dijo: "VETE AL INFIERNO"
Le dije: ¬¬ Así que eres gay y no quieres que me quede con Sylar ni con Peter, ¡ENVIDIOSO! No importa buscaré como tener superpoderes! JUM!
Me dijo: "..."
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