Es lo único que puedo llamar mío, y lo comparto con ustedes.

martes, 20 de abril de 2010

Japón


Tengo tarea para enterrarme en ella. Mañana exámen de probabilidad y estadística, Comportamiento Organizacional y Derecho. Y encontré esta imagen de un increíble artista de Deviant Art y no pude parar de reír por unos minutos. Me sentí identificada (¿?)


En fin, estoy feliz. He estado hablando con personas que hacía años no tenía contacto, por el facebook. Y eso me hace feliz, porque no me han olvidado. Además estoy escribiendo mi historia de nombre "Japón". Que por cierto, me urge un editor, beteo o simples lectores. Porque estoy algo oxidada en mi vocabulario y dicción. Así que víctimas o voluntarios son bienvenidos.


Después de reflexionar de mi entrada pasada. Creo que sí conocí un príncipe azul, pero lo dejé ir por mis tonterías. Qué tonta soy. Estoy enojada porque me harté de que la gente me cuente sus desgracias, una tras de otra.
¿Qué quieren que diga? "Hay pobrecita, qué mal te trata la vida" Joder que lo único que me hacen sentir es lástima hacia su estúpida inteligencia. Por qué no son felices con lo que tienen y lo que son. Yendo por el mundo contando tus desgracias no te hará menos desgraciado, ni un santo, simplemente más estúpido.
Por que cuando a mí me sucede algo. No voy y se lo cuento a todo el mundo para que me digan que me quieren o que están conmigo. Sus palabras de aliento no me interesan mucho y por eso dicen que yo no cuento nada, pero yo no quiero que sientan lástima o remordimiento por lo que me está pasando. Y aveces me tardo más o menos, pero siempre me levanto y es por mí no por lo que los demás digan. Y me harta, me molesta, me enferma que vayan contando sus desgracias cómo si uno tuviera la obligación de consolarlas cada vez que les pasa algo. No es mi culpa que todo les suceda o que sean tan tontas.
Sí vale, estoy enojada, pero es algo inpersonal. Ya se me pasará, no se lo tomen personal ¿vale?


Dejaré un fragmento de mi historia para que se den una idea. Que me está gustando muchísimo.



Japón


Y desde la ventana del avión observé de nuevo Londres y recordé que hacía no mucho tiempo, también lo contemplé. Y me pareció interesante darme cuenta de lo diferente que te puede parecer una ciudad. La vez pasada lo único que quería era escapar de allí, huír de mi familia y empezar desde cero en otro país. Pensé que sería la última vez que iría a Londres. Pero en contra de mi predicción, ahora estaba allí, descendiendo. Regresando a esa ciudad que tantos recuerdos me traía, esperando huír de un país diferente y de una persona diferente. Aunque ésta vez mi dolor es mayor, estoy acorralada y no tengo un lugar hacia donde ir.


Hace dos días, sopesé las cosas. Qué sería peor, regresar con mi familia o quedarme allá, con el corazón destrozado y los recuerdos frescos. Antes de que pudiera pensar en la idea de quedarme allí, recordé que no me quedaba ni un centavo. Y hacía tiempo que no veía dinero. Así que pedí ciertos favores y me alcanzó para un pase de regreso a Inglaterra.
Pero algo sigue siendo igual. Aún trato de huir de mí.


Traté de contener las lágrimas, pero fue un vano intento. Comenzaron a resbalar por mis mejillas. Por más que traté de encontrar algo que me indicara que no todo era tan malo. No lo encontré, sentí que perdí algo más que dos años de mi vida. ¿Quién iba a decir que ese viaje sería mi condena?

Entonces desistí y no quise torturarme más viendo por la ventana. Así que volteé a ver hacia el asiento del lado. Y allí estaba una extraña que por azares del destino se sentó junto a mí. No soy una persona demasiado extrovertida así que no le hablé en todo nuestro largo trayecto. Y algo debió de haber percibido que le hizo abdicar de toda conversación. Pero por primera vez en todo el vuelo dirigió unas palabras hacia mí.


-Tranquila, yo también le tengo miedo al aterrizaje, pero estoy segura que no pasará nada


Habló con toda confianza, como si de una vidente se tratara. Asentí ligeramente y intenté esbozar una sonrisa. Y lo logré, mi experiencia en falsas sonrisas era grande y yo era una maestra.


Sin embargo si mi miedo fuera a aterrizar, no sería tan terrible. En un momento sabría si moriría o viviría. Y si la muerte fuera mi destino, sólo por un momento tendría conocimiento de ello. Después está seguro que dejaría de existir y entonces, sólo entonces, no tendría de qué preocuparme.


Pero mis lágrimas van más allá de los aviones y del efímero momento del aterrizaje. No es algo tan frívolo y simple.


Llevo debatiéndome entra la vida y la muerte por dos días y aún no logro decidir en cual de los dos estados me encuentro. Un muerto vivo ó un vivo muerto. Suena absurdo, pero en mis zapatos todo tiene cordura. Hacía un año me embarqué en la aventura de mi vida.

Gané una beca para estudiar en el instituto de Iwate, en Japón. Cumplí mis sueños y logré huir de mi disfuncional familia. Incluso tenía una residencia en la misma escuela, conocí mucha gente, en su mayoría extranjeros como yo. Todo era color de rosa. Pero los cuentos de hadas no existen.
Y mi cuento se eclipsó cuando llegó él. Hidé, un hombre despiadado, mayor, inteligente y atractivo. Está de más decir que me enamoré perdidamente de él. Y el primer año fue el más difícil, por que él es un hombre de pocas palabras y menos sentimientos. Pero por algún error, el destino nos entrelazó y él se volvió mi obsesión.


Sorprendentemente algún tiempo me correspondió. No hubo nada más maravilloso. Pero si sigo hablando de él y de todo lo que viví a su lado, podría llenar cien hojas y esto no se trata de él.
Mis padres, cabe decir que no saben nada de esto. Les expliqué que sin ningún aviso hace dos días me quitaron mi beca y me dieron mi boleto de regreso a mi país. Así que el malo de la historia es la escuela.


Pese a todo, en la versión real. No podría señalar a un culpable. Cabe señalar que lo único que podía decir. Era que odiaba a la persona que veía parándome frente a un espejo. Y cómo la odiaba. Si estuviera escribiendo esto, le pondría mayúsculas y lo colorearía de rojo. Me odio a mí, no a Hidé, no a mi familia, no a Japón ni a Inglaterra. Me odio a mí.



3 comentarios:

  1. Tienes razón así es mi vida D=

    como sea... creo que tu escrito queda a la perfección con el capitulo 2 XD

    es un buen libro... pero realmente diminuto.

    ResponderEliminar
  2. Hola!
    Nice pict! XD
    Me gusta tu reflexción ^__^
    y... gau! vaya! Escribes muy bonito.
    (Comentario camuflado desde un día muy atareado)
    preferiría extenderme un poco más, pero ahora no puedo.
    Abrazos! o un un afectuso apretón de manos.

    ResponderEliminar
  3. AMMMM. ENOJADA CON EL MUNDO=?

    HA DE LUJO... RECUERDAS HACE AÑOS Q DE PROFESION QUERÍAS SER ASESINA?

    JAJAJAJA SOLAMENTE TE FALTA UN ARMA O SABER ALGÚN ARTE MARCIAL XD

    TU HISTORIA VA INTERESANTE...

    TE RECOMIENDO TOMAR UN TALLER DE NOVELISTA...
    Y ENFATIZAR O DAR "TONO" A ALGUNAS FRASES, CON COMILLAS, SUSPENSIVOS, ETC.

    BUENO SOY UN PÉSIMO ESCRITOR, PERO TU AUN TIENES FUTURO JAJAJAJA

    EXITO!

    ResponderEliminar